jueves, 29 de enero de 2015

CUANDO NO “VAMOS” COMO HAY QUE “IR”

Realmente el hecho de no “visitar” el baño con regularidad se convierte en un verdadero calvario en ocasiones.

Las razones del estreñimiento pueden ser muchas y las posibles soluciones otras cuantas. Entre estas últimas está, por supuesto, llevar una alimentación rica en frutas, verduras y cereales integrales y moverse (ejercicio). Pero esta es la solución más sana, sencilla y barata, osea, la que no suele escoger nadie. Porque somos seres extraños que amamos complicarnos un poco la existencia.
Por eso, lo normal, en el mejor de los casos, es recurrir a productos enriquecidos en fibra, que nos meten por los ojos anuncios y supermercados, prometiéndonos que nuestra tripa será más feliz que Heidi por las montañas si consumimos su producto. Otras decisiones más drásticas pasan por administrarse laxantes y de más productos de farmacia/parafarmcia que no son muy agradables que digamos.

¿Necesitas entonces gastar más dinero en productos enriquecidos para tener un buen aporte de fibra en la dieta? Por lo general, no.
Ni que decir tiene que si tu dieta y estilo de vida están basados en lo que mencioné al comienzo del post pero tu estreñimiento es persistente, lo que debes hacer, sin duda, es acudir a tu médico.

Pero antes de llegar a este punto, intentemos aliviar el problema con ALIMENTOS.  Hoy vamos a comparar con un vistazo rápido el último producto, anunciado como rico en fibra, que ha llegado a mis manos, con una lista de 10 alimentos cuyo contenido en este micronutriente lo sobrepasa con creces, y sin hacerle falta enriquecimientos.



No voy a decir que este producto sea veneno o que sea mentira que tenga fibra. Pero me gustaría que tuviéramos en cuenta las dos conclusiones que he sacado de su envase (imagen en sí + info):

1.     A simple vista da la impresión de que esta leche es, valga la redundancia, “la leche”. Con sus dibujitos de espigas campestres parece darnos a entender que tal y como ha salido de la vaca, nos la han metido en el brick. Y además puede dar lugar a pensar que es desnatada, por su apariencia y pequeña reseña donde pone “baja en grasas”. No es una leche entera, pero tampoco desnatada; tenlo en cuenta si lo ves necesario.

2.     Te pone TAN grande lo de la fibra, que tu cerebro directamente debe pensar que es el producto con más fibra del planeta, un dibujito así no puede estar equivocado. Lo está, como has podido analizar más arriba.
Este es sólo uno de los tantos ejemplos de productos enriquecidos que podemos encontrar en el mercado. No tienen por qué ser malos o falsos, simplemente quiero, una vez más, animarte a que busques más, que no te conformes con lo primero que te intenten vender. Busca, descubre, compara y elige de lo bueno lo mejor.

Gracias por leernos, Nutrientérate.
(Laura Massía)


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