martes, 25 de septiembre de 2018

RIGUROSO ESTUDIO ASEGURA QUE CUALQUIER TIEMPO PASADO FUE MEJOR


¿O no?

Es broma, esto no es un estudio súper fiable. Solo es una historia, bueno dos. Un n=2 que me apetecía contar, sobre cómo se alimentaban nuestros progenitores cuando eran pequeños y vivían una vida totalmente diferente a la que viven (y vivimos) ahora.

¿Nunca os habéis preguntado cómo hemos llegado a esto? A este punto donde la obesidad y sus enfermedades asociadas matan más vidas que el tabaco. Seguro que sí. 
Y, lecturas oficiales a parte, ¿nunca os habéis preguntado cómo era el tema antes? Yo sí. Y por ello estos días he estado ejerciendo de entrevistadora (a partir de ahora “E”) con mis padres (no tengo abuelos a los que preguntar sobre su época), para aprender un poco más sobre cómo era su alimentación durante la infancia-adolescencia.

Me parecen dos buenas historias, sobretodo porque se trata de dos personas de orígenes bastante diferentes, a pesar de pertenecer a la misma generación (ambos nacieron a finales de la década de los 50) y al mismo país. Os los presento:

Él (a partir de ahora “P”) nació en un pueblecito de la sierra norte de Sevilla y su día a día siempre estuvo ligado al campo. Su familia tenía una granja (lo que él llama “La huerta”) en la que trabajaban la tierra y cuidaban animales como actividad económica. Físicamente era un niño “normal”, ni delgado ni rollizo. De más mayor, siempre fue un joven fuerte de espaldas anchas. ¿Hoy en día? Lo descubriremos después.



Ella  (a partir de ahora “M”) siempre ha sido una urbanita que pasó su infancia y adolescencia entre Madrid y  Melilla, en el seno de una familia militar. Físicamente se recuerda a sí misma como una persona bastante delgada.

En twitter lancé una encuesta sobre cuál creíais que sería el pilar fundamental de su dieta. Las opciones eran las que veis abajo y la encuesta, a unas horas de terminarse, iba así:



Si queréis conocer cómo continúa este “estudio”, seguidme.

E: ¿Recuerdas cuántas veces comías al día?

P & M: 4 veces normalmente: Desayuno, comida, merienda y cena.


E: Interesante, ¿y qué desayunabas?

P: Café con MUCHA azúcar y leche, acompañado de pan, en ocasiones esporádicas frito. Un pan que nada tiene que ver con el que hacen ahora, claro. ¡Menudo pan!
    Si algún día no desayunábamos en la casa, tomábamos unos chorritos de leche de la vaca mientras la ordeñábamos. (Hoy en día esto es de ser un kamikaze, sí)

Pues sí, desde bien pequeño mi padre tomaba café café, como recalca él, inundándolo de azuquita.

M: Colacao con galletas María Fontaneda.
Ays... ya por estos años pegaba fuerte la industria del azúcar y los procesados. ¡Qué pesados!


E: Vale… Dime alimentos o platos que solieras comer bastante en las comidas y cenas.

P: A mediodía siempre puchero, de garbanzos o alubias, con carne de cerdo que era lo que más teníamos, de la matanza. Verduras, cuando había y las que había, según la temporada y la cosecha que tuviéramos, que por cierto era la mejor del pueblo (dicho por los clientes).
¿El secreto? Regábamos el huerto con las AGUAS RESIDUALES del pueblo.   
   
Fruta sí que comíamos mucha, directamente del árbol, claro. Por las noches normalmente arroz, patatas, alguna tortilla, sopas,…
Pescado…poco, nada. Alguna vez X traía una caja de sardinas o un trozo de cazón para vender a todo el pueblo, así que comías cuando lo pillabas.


M: Comíamos bastante pescado, tanto en Madrid como en Melilla, ya que en ambos sitios siempre ha habido buen pescado y a buen precio. De carne, sobretodo cordero, que era lo que más se consumía en Melilla  De platos, generalmente guisos caseros y para cenar recuerdo los huevos fritos con patatas.


E: Perfecto. Como has dicho que merendabas, ¿me puedes decir el qué?

P: Casi siempre pan con una “jícara” (aquí usado como “onza”) de chocolate. A veces, si mi madre no había vendido toda la leche, le sacaba la nata, la mezclaba con un montón de azúcar y la untábamos en el pan.
Ocasionalmente también mortadela, de eso siempre solía haber.

A por los yogures se iba a la farmacia, así que era más un “medicamento” que un alimento normal.
Me chifla esta visión prácticamente terapéutica del yogur (natural en su sentido más tradicional y práctico). Hoy en día hemos hecho tantas aberraciones con este lácteo que deberíamos dejar de llamarlo yogur, al menos a la mayoría de mierdas que se venden.


M: Yo también solía tomar pan con chocolate o con la nata, ¡estaba buenísimo!. De embutidos un jamón cocido de lata que les daban a los militares.
Los yogures eran algo “excepcional”, se los daban a mi abuela porque estaba malita y ella nos los pasaba a nosotros.


E: Vaya, embutidos. Hablando sobre ellos, ¿comías jamón curado, quesos, chorizos,… habitualmente?

P: No. Chorizos y esos productos de la matanza algo más, pero quesos solo si mi madre hacía alguna vez y jamón… Mi padre curaba 2 o 3 al año, para las ocasiones especiales (Navidad, feria del pueblo). Pero vamos, en casa éramos 9, así que imagina lo que duraba el jamón.

M: Por lo general, no.



CONCLUSIONES DE LA ENTREVISTA:

    ü  La dieta de ambos se basaba en hidratos de carbono en un mayor porcentaje que el resto de macros. Pero hablamos, en su mayoría, de que daba la tierra en cada época, no los que da Bimbo Donuts Iberia SA. 

    ü  Sin duda la alimentación de cada uno estaba totalmente influenciada por la zona en la que vivían. ¿Igualito que ahora verdad? Que alguien de Cuenca puede alimentarse a base de sushi y pizza pomodoro o uno de Asturias puede comer frutas exóticas traídas de la Conchinchina en cualquier época del año, cada día.

    ü  Probablemente no comían en abundancia, pero indudablemente no pasaban hambre. Eso sí, gran parte de la energía la quemaban al aire libre. Él trasteando por el pueblo con sus amigos y ella en la playa con los suyos.

    ü Aunque por supuesto los procesados no invadían su dieta, me sorprende que ya existiera la costumbre de desayunar colacao con galletas industriales, al menos en la ciudad. Lo que me lleva a pensar que igual seguir con el mismo mensaje  y hábito que hace 60 años no nos da una imagen de que hayamos evolucionado mucho.

    ü  Aún observando bastantes diferencias entre una y otra dieta, puedo decir que los dos tuvieron una infancia y adolescencia saludable y sin enfermedades por carencias de vitaminas, omegas, minerales,…

¿CÓMO ES SU SITUACIÓN DE SALUD GENERAL ACTUALMENTE?

Hoy en día, sus vidas son casi gemelas, probablemente por el hecho de haber abandonado sus respectivos mundos hace bastantes décadas para formar uno en común. Ambos son personas con problemas de peso y patologías asociadas (HTA, síndrome metabólico, problemas respiratorios,…).

Mi visión personal del asunto es que el haber pasado una juventud-madurez de muchísima carga de trabajo, comer lo que el sueldo podía permitirte (en su mayoría comida barata y siempre priorizando lo mejor para sus hijas. Son ángeles de la guarda, esto tenía que decirlo) y llevar una vida bastante sedentaria, sobretodo los últimos 20 años, pasa factura, por muy idílica que haya sido tu infancia en cuanto a salud, alimentación y ejercicio se refiere.
Aún así, siguen siendo personas activas y emprendedoras, que luchan por superar el día a día; y de esto sí “le echo la culpa” a que la  gente de generaciones atrás está hecha de otra pasta


CONCEPTOS FUNDAMENTALES A TENER EN CUENTA COMO CONSEJO GENERAL:





CONCLUSIÓN FINAL PERSONAL:

Tras este desenlace de la historia, y dándole una vuelta al tema, he llegado a una conclusión que podría resumir en una breve moraleja:

-No importa lo que hayas hecho en el pasado, ya pasó y no lo puedes cambiar. Si fue bueno, mejor para ti, si no, aquí estás, vivo para cambiarlo. No siempre se te pone todo a la mano, y hay épocas más difíciles que otras, en las que la corriente perversa te lleva con demasiada fuerza. Una vez superada, puedes volver a crearte a ti mismo. Nunca es tarde para hacerlo. Da igual si tienes 30, 40 o 60 años-


¿Cómo lo veis? ¿Sorprendente o predecible? ¿Se os ocurren más preguntas para hacerles?

Podéis dejar todas las ideas que queráis en los comentarios o mandar un MD en la cuenta de twitter @nutrienterate


Gracias por leernos, Nutrientérate.

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